El Día Después: un breve vistazo

Hoy es el día después. El apocalipsis para unos, el renacimiento para otros. Probablemente no sea ni lo uno ni lo otro. Como casi todos los sondeos vaticinaban el Partido Popular ha cosechado una mayoría absoluta abrumadora y el Partido Socialista se ha sumido en una debacle como no se conocía por estos lares. Aún así, no conviene olvidarlo, sigue apoyado por casi siete millones de personas. Ya les gustaría a muchos. Son como el Real Madrid y el Barça, lo que para otros sería un éxito, quedar segundos, para ellos es un fracaso. Echemos un breve vistazo.

Quizá por primera vez en mucho tiempo, en estas elecciones ha habido un claro perdedor. Es la primera conclusión clara. La crisis y su gestión, no hay que olvidar esto último, ha enterrado a Zapatero y, con él, a Rubalcaba. No le conviene al PSOE creer que no ha tenido nada que ver con la derrota, que la crisis le ha venido de fuera y que no podían hacer nada. Es lo que le pasó al PP tras el 11-M y les costó toda una legislatura mirar adelante.

La segunda conclusión es el ascenso de dos partidos que, si la ley electoral se lo permitiera, deberían tener un claro protagonismo en el futuro: Izquierda Unida y Unión, Progreso y Democracia. El primero ocupando el nicho de los desencantados con el PSOE y el segundo ocupando el vacío en el centro que dejó UCD/CDS y que solo ha sabido ocupar en contadas ocasiones el PP.



La misma Ley electoral que no permite crecer como debiera a estos dos partidos es la que favorece la llegada al Congreso de aquellos llamados minoritarios con una representación, respecto a su número de votantes, totalmente desmesurada. Caso especial el del partido filoetarra, AMAIUR, que con trescientos mil votos obtiene siete escaños. Si ya es escandaloso que un partido con ochocientos mil votos menos que otro (UPyD) obtenga 2 diputados más, no lo es menos que más de trescientas mil personas apoyen unas siglas que tienen detrás a una banda terrorista que, por mucho cese de la actividad armada que anuncien, sigue estando ahí.

Dejo para el final al partido ganador. Su merito, saber mantenerse mientras su rival cae. Logra seiscientos mil votantes más que en 2008 mientras el PSOE pierde más de cuatro millones. Tras el mes, se va a hacer largo en la situación actual, que queda hasta que se formalice el gobierno, el PP se hará cargo de una herencia envenenada en dos frentes fundamentales: uno, claro está, es la situación económica; el otro es el terrorismo. Cómo salga de ambos envites determinará no solo el futuro de España a corto plazo si no también el del propio PP y el del partido que pasa ahora a la oposición. Si consigue salir airoso de ambos frentes la travesía por el desierto se antoja larga para el PSOE, si no, lo será para todos los españoles.



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