El circo republicano

En la primavera de 1820, en los Estados Unidos de América, un joven de 14 años llamado Joseph Smith, confundido por la cantidad de grupos religiosos que había en esa época, decidió preguntarle a Dios a qué grupo debía unirse. Como consecuencia de su oración Dios Padre y su Hijo Jesucristo se le aparecieron en un lugar al que los santos de los últimos días llaman "La Arboleda Sagrada" y le dieron instrucciones.
     
Se le mandó que no se uniera a ninguna de las iglesias que existían y se le dijo que Dios restauraría a la tierra la Iglesia que organizó originalmente Jesucristo con todas sus verdades y la autoridad del sacerdocio. Joseph Smith afirmó también junto a un tal Oliver Cowdery que los ángeles, Juan el Bautista, Pedro, Santiago y el apóstol Juan los visitaron en 1829 dándoles autoridad para restablecer la Iglesia de Cristo. Joseph decía haber recibido la palabra de Dios por medio de un ángel, quien le entregó unas tablas de oro que él tradujo en el llamado «Libro de Mormón».

Estos son los orígenes del mormonismo: un compendio de alucinaciones o invenciones propias de una mente desequilibrada o de una persona ávida de protagonismo hasta niveles de delirio. 

Pues bien, el candidato Mitt Romney a las primarias republicanas de donde saldrá el futuro contrincante de Obama en la lucha por la presidencia de EEUU, es tataranieto de uno de los primeros conversos y uno de los primeros en emigrar a Utah, donde hoy se encuentra la sede. Él mismo fue obispo de Cambridge y de Belmont, lugar, este último, en el que también fue líder de su parroquia. En su juventud, en la segunda mitad de la década de los sesenta, viajó a Francia para predicar su fe. Ahora es un multimillonario que posee más de 200 millones de euros. Ha pagado a la Iglesia mormona casi tanto dinero -4 millones de dólares- como en impuestos -6 millones- entre 2010 y 2011.


Romney obtuvo hace unos días una rotunda victoria en las elecciones primarias de Florida y, con ello, ha recuperado su condición de favorito para ser el candidato a la presidencia del Partido Republicano.

Se hizo merecedor de reconocimiento internacional por su papel en transformar las Olimpiadas de Invierno de 2002, celebradas en Salt Lake City. El comité organizador de los juegos se encontraba azotado por los escándalos de corrupción y pasando por una crisis financiera cuando en 1999 se nombró a Romney para que rescatara los juegos.

El candidato republicano viene avalado además por su buena gestión en Massachusetts donde fue gobernador de 2003 a 2007. En este estado, sin aumentar los impuestos, conteniendo el gasto y reorganizando el gobierno estatal, Romney acabó con el déficit presupuestario de 3.000 millones de dólares que había heredado de la administración anterior. En educación creó un programa de becas para los mejores estudiantes, y en sanidad, poniendo de acuerdo a la conservadora Fundación Heritage y a los demócratas de la Asamblea, firmó una ley que extendía la cobertura médica a aproximadamente 500.000 ciudadanos del estado que no cuentan con seguro. El plan unía a una reforma el mercado de seguros, las subvenciones estatales y la obligatoriedad de la cobertura médica.

Al igual que pasa con Gallardón y el PP, sus políticas cercanas al ideario demócrata hacen que no esté muy bien visto por el sector más radical del partido republicano, es decir, por el Tea Party que tiene una fuerte influencia en otros estados donde se celebran elecciones en las próximas semanas. El contrincante a batir es Newt Gingrich que dijo hace poco en una entrevista con un canal judío que los palestinos son «un pueblo inventado» y criticó la política exterior de Obama en la región. Gingrich se hizo con la victoria en Carolina del Sur en parte gracias a los cinco millones de dólares donados por el magnate que pretende crear el macrocomplejo de juego en España, Sheldon Adelson.

El mormón republicano sabe muy bien cuál es su fuerte y por donde tiene que enfocar la campaña: "Estados Unidos es la economía más grande del mundo y yo sé de economía, yo sé de como elevar a un diferente nivel este país, y no es aumentando impuestos, sino haciendo Washington más efectivo, lo he logrado en los Olímpicos, lo he logrado en Massachusetts y lo voy a hacer en la Casa Blanca", dijo.

¿Peligra la próxima presidencia de Obama? No lo sé, pero los americanos son capaces de cualquier cosa.



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