Romney se alía con los cavernícolas

El circo republicano ha vuelto a la actualidad. Se puede escuchar el ruido de los motores en la línea de salida de la carrera presidencial estadounidense. Para alcanzar la meta todavía queda. El futuro presiente de los EEUU se sabrá el 6 de Noviembre pero ya ha empezado el espectáculo: un personaje secundario, Todd Akin, un congresista republicano por el Estado de Misuri, asociado al Tea Party y candidato a un escaño en el Senado, participaba en una entrevista en una televisión local donde defendió su oposición al aborto para víctimas de violación. El susodicho personaje dijo que en el caso de que se trate de una violación legítima, el cuerpo de la mujer tiene mecanismos para cerrarse del todo y prevenir el embarazo.




Sí, lo habéis leído bien. Este señor, además de ser un ignorante supino sobre la fisiología y anatomía femenina piensa que hay distintos tipos de violaciones y dependiendo de la que te toque sufrir podrás interrumpir ese embarazo o acarrear con el fruto de esa violación “deseada” durante el resto de tu vida. Lo increíble es que Akin es miembro del Comité de Ciencia y Tecnología del Congreso.

Esperando que estas declaraciones fueran fruto de alguna droga consumida en mal estado o de alguna enfermedad mental mi asombro se centraba en cómo personas así podían presentarse como candidatos a puestos de tan alta responsabilidad. Pero ya sabéis lo que ocurre con la curiosidad. No te deja en paz hasta que no acabas con ella. ¿Qué sería para este señor una violación ilegítima?

El propio Akin ha declarado que lo que quería decir era violación forzosa, no legítima. Nuestro sutil Todd no ha dado más explicaciones sobre el asunto aparte de disculparse horas después diciendo que se equivocó al hablar y que siente una profunda empatía por las mujeres violadas y las que han sufrido abusos.

EEUU tiene un sistema electoral en el que lo que importa es ocultar las propuestas impopulares de tu programa y mostrar lo que no le gusta a la gente del de tu contrincante. En él los candidatos se mueven en una u otra dirección a base de sondeo y es práctica habitual airear los trapos sucios del candidato opuesto. En este contexto, Akin y los republicanos no tenían más remedio que rectificar. De hecho, al igual que hizo nuestra familia real con Urdangarín, los republicanos se han desmarcado del congresista bocazas y le han “pedido” que se retire de la carrera por Misuri. Incluso le han dicho que dejarán de financiar su candidatura porque perjudica las opciones que tiene el Partido para recuperar la mayoría en la cámara, según informa The Washington Post. A pesar de las críticas y presiones, el político se niega a abandonar la candidatura para convertirse en senador por Misuri.

Sin embargo, Akin no es el único alumno de la escuela del nauseabundo disparate. En 1988, un legislador de Pensilvania había argumentado que las probabilidades de quedarse embarazada por una violación son “una en millones y millones y millones”. En 1995, un político de Carolina del Norte afirmó que “los hechos demuestran que en las mujeres que son violadas, que son violadas de verdad, sus jugos no fluyen, las funciones del cuerpo no actúan y no se quedan embarazadas” tal y como recuerda The Wall Street Journal


El tufo de ideología rancia y misógina también se sufre en las altas esferas: en un intento por contentar a las bases más conservadoras de su partido, el candidato republicano a la presidencia de  Estados Unidos,  Mitt Romney , ha    elegido a Paul Ryan, un favorito del movimiento ultraconservador del Tea Party, como su aspirante a la vicepresidencia. El señor Ryan respaldó un proyecto de ley junto a Akin (en la foto) en el que limitaba la financiación de abortos con dinero público a los casos de violación ‘forzosa’. Aquel proyecto de ley acabó eliminando la palabra “forzosa” del texto, pero las absurdas y retrógradas ideas de estos señores no desaparecen por mucho que maquillen un texto. Hace poco otro republicano afirmó que no conoce “a ninguna mujer que se haya quedado embarazada al ser violada”.



Detrás de este razonamiento se esconde una tradición de políticos conservadores que sólo admiten el derecho al aborto, y su financiación con fondos públicos, en el caso de que la vida de la mujer corra peligro. No aceptan la interrupción del embarazo si la mujer ha sido violada y está “sana”. Por qué castigar al bebé, argumentan. Como ejemplo, una ley propuesta en octubre de 2011 y que permitía a los hospitales que reciben fondos públicos rechazar a mujeres que necesiten un aborto incluso si peligraba su vida. El texto no superó la votación del Senado, pero sí lo hizo en la Cámara con los votos de todos los republicanos menos dos. ¡Por favor, esto que no lo lea Gallardón! Si utilizara los mismos argumentos podría endurecer aún más su futura ley del aborto y llevarse otra medallita del Tea Party español. 

Seamos serios. No hay ningún estudio ni evidencia científica que demuestre la capacidad del cuerpo de la mujer para “cerrarse” ante una violación e impedir el embarazo. Tampoco hay estudios que demuestren tasas inferiores de embarazo en caso de violación. Ésta se sitúa en el 5% en víctimas entre 12 y 45 años, por lo que más de 32.000 mujeres violadas se quedan embarazadas cada año en EE UU,
según un estudio publicado por American Journal of Obstetrics and Gynecology. La revista Popular Science en un informe de 2003 descubrió que las violaciones provocan más embarazos que las relaciones sexuales con consentimiento. El porcentaje en este estudio ascendía al 6.4% en el caso de mujeres en edad fértil, y del 8% si no se había utilizado ningún método anticonceptivo.


Es indignante que en EEUU donde según los datos   oficiales una de cada cinco mujeres mayores de 18 años son violadas a lo largo de su vida, y en el que se produjeron 1,3 millones de violaciones en 2010, los políticos utilicen este tema para arrimar el ascua a su sardina y se pierdan en debates aberrantes sobre la clasificación de las violaciones o la estrambótica teoría del candado femenino antiembarazo. Y todo para satisfacer unos intereses e ideas que deberían haber sido desechadas hace mucho tiempo en una sociedad avanzada y sin discriminación sexual. Más les valdría luchar sin concesiones contra la lacra social de los abusos sexuales y violaciones y abandonar ese machismo rampante que sólo genera desigualdad, injusticia e incitación al delito.



Actualización miércoles 29 de agosto:



Mientras Mitt Romney era nominado candidato, oficialmente, a la presidencia de EEUU en la convención de Tampa, otro miembro de su partido reabría la polémica sobre las violaciones y el aborto. Esta vez ha sido Tom Smith, candidato republicano al Senado, quien ha comparado los embarazos provocados por una violación con los que se producen fuera del matrimonio. Tras un debate en el que aseguró que el aborto debe ser prohibido sin excepciones un periodista preguntó cómo se sentiría si su hija o su nieta diera a luz a un hijo fruto de una violación. Smith, ni corto ni perezoso, respondió que había vivido una situación similar cuando un miembro de su familia tuvo un hijo fuera del matrimonio: "Ponte en la posición de un padre, sí, quiero decir que es similar". Y luego dicen que están luchando en Afganistan a favor de la libertad cuando tienen a los talibanes en su propia casa. 


Actualización jueves 25 de octubre:


Richard Mourdock aseguraba ayer que los embarazos provocados por una violación son “algo que Dios quiere que suceda”. El candidato a la Casa Blanca Mitt Romney se ha visto obligado a pronunciarse y repudiar los comentarios de Mourdock. Pero no ha retirado su apoyo al aspirante al Senado. La senadora republicana por New Hamshire, Kelly Ayote, ha cancelado sus planes para hacer campaña con Mourdock. El problema es que, como podemos leer aquí, no es un comentario aislado de un personaje sin relevancia si no de gente que compite por hacerse con un puesto en representación de un Estado. La elecciones dirán si el electorado repudia también estás salidas de tono o si por el contrario las apoyan con su voto. 



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