El socialismo en su laberinto
Anda el Partido Socialista revuelto tras los últimos resultados electorales en Galicia y País Vasco y ante la previsión de un nuevo fracaso en las elecciones catalanas. Tras la Ejecutiva Federal no hay nada nuevo bajo el sol, tal y como cabía esperar, más que buenas palabras. Lógicamente, a menos de un mes para la siguiente cita electoral, es impensable un relevo en la cúpula del partido que no haría más que acrecentar la desconfianza, la poca que quede, en el partido. Tal y como ha recalcado Rubalcaba, hace ocho meses fue elegido para dirigir el partido y ahí, precisamente, radica el problema. El PSOE está inmerso en un laberinto del que no encuentra la salida. Por un lado arrastra la pesada losa de la pasada legislatura y por otro la de su indefinición, o ambigüedad, dependiendo de en que comunidad autónoma se celebren comicios.