Filipinas y el MILF buscan la paz 50 años y 150.000 muertos después

Recientemente he leído con interés, en la página de Laura Villadiego, El mundo desencajado, las claves del acuerdo de paz entre el Gobierno de Filipinas y el Frente Moro de Liberación Islámica. Es curioso como nuestros medios de comunicación dan cobertura a unos conflictos y otros parecen olvidados cuando no directamente ignorados. Curioso es que apenas nos mantengan informados de un enfrentamiento armado que ya dura más de cuarenta años y se ha cobrado la vida de más de 150.000 personas. Y como en mi afán siempre está dar algo de voz, aunque sea débil, a aquellos que no la encuentran fácilmente me he propuesto la tarea de informarles si tienen a bien seguir leyendo.



El Gobierno y el Frente Moro de Liberación Islámica han firmado un principio de acuerdo de paz que pretende ser el primer paso para dejar atrás más de 40 años de conflicto. Dicho acuerdo implica el abandono por parte de los 12.000 miembros del MILF de su lucha por un Estado independiente en Mindanao a cambio de la creación de una región autónoma, una importante cuota de poder y el reparto de la riqueza en esta región del sur de Filipinas. El objetivo a corto plazo es alcanzar un pacto de paz definitivo en 2016.

Para saber más no duden en visitar el enlace que he reseñado al principio. Ya de paso, naveguen por la web de Laura Villadiego, merece la pena. Yo me quiero centrar, más que en la historia o las causas, en las consecuencias de un conflicto que, como les decía, deja alrededor de 150.000 personas muertas y cientos de miles de desplazados, dos millones de personas aproximadamente, casi tres cuartas partes de la población de Mindanao central.

En un país ya de por sí azotado por la pobreza endémica y los desastres naturales como las recientes inundaciones los niños son, como es lógico, por desgracia, los protagonistas más vulnerables. Está vulnerabilidad se manifiesta de diferentes maneras. Por un lado encontramos víctimas directas del conflicto, es decir, niños muertos o heridos en los enfrentamientos. Por otro aquellos que quedan huérfanos y totalmente desprotegidos dando lugar a situaciones de abuso y explotación infantil. Según UNICEF, Mindanao se ha convertido en los últimos años en centro neurálgico del tráfico ilegal de personas, principalmente mujeres y niñas, aprovechando el conflicto armado. Su destino habitual es Kuwait o Arabia Saudí, previa escala en ciudades como Cebú o Manila o la vecina Malasia. En muchos casos se las llevan voluntariamente, con el consentimiento de sus padres, bajo la promesa de un trabajo con el que costearse los estudios o enviar dinero a sus familias. Desde UNICEF se estima que casi 400.000 mujeres han sido víctimas de esta lacra, siendo alrededor de la cuarta parte menores de edad. Para colmo, aquellas que consiguen volver con sus familias son estigmatizadas y marginadas socialmente por el hecho de haber sufrido abusos sexuales. Más datos para la vergüenza: desde que el Gobierno aprobó la primera ley contra el tráfico de personas en 2.003, sólo 13 casos han llegado a juicio. Hay quien denuncia que estas bajas cifras se deben a que en la trata de seres humanos hay implicados políticos y jueces. Triste mundo el nuestro ¿no?


Destacando entre los casos de explotación infantil, para no ser menos que en otros conflictos, también hay "niños soldado" como los reclutados por los guerreros Bangsamoros, una facción del MILF, tal y como denunciaba el 24 de agosto Naciones Unidas. Sin ser una cifra que por si misma llame a escándalo sí hay constatados por la ONU anualmente entre treinta y cincuenta casos de reclutamiento de niños y niñas por parte de las fuerzas insurgentes e incluso fuerzas gubernamentales. En 2.011, Radhika Coomaraswamy, representante especial de la ONU para la Infancia y los Conflictos Armados, afirmaba tener identificados al menos a seiscientos niños integrando las filas de los distintos grupos armados, estimando el número total cercano a mil.

Sin pretender ser exhaustivo juzguen ustedes mismos con estos datos si el conflicto filipino merecería más atención y cobertura por parte de los medios de comunicación e incluso las autoridades políticas. Cuantas veces oímos hablar a personajes públicos de Palestina, Irán, Afganistán .. y cuantas de Filipinas. Hagan sus apuestas, o mejor hagan una prueba simple aunque significativa. Cuando terminen de leer esto habrán el buscador de Google y tecleen conflicto filipinas en el buscador de noticias. A continuación hagan lo propio con, por ejemplo, conflicto palestina. Ahora pregúntense por el motivo de que haya diez veces más referencias a uno que a otro. Ya saben a cual ¿Verdad? No hace falta ni que lo comprueben.



Comentarios

Entradas populares de este blog

España, estado católico

Los olvidados: Chad

Rajoy se olvida de los derechos humanos por los intereses en Marruecos